Transcandamia 2016; Salió el héroe que todos llevamos dentro

logoEl año pasado unos cuantos valientes (y un poco locos) nos aventuramos en una aventura en el corazón de León de la mano de una persona que conocimos gracias al running y ya es un tesoro en nuestra vida (Santi, vales mucho truhán).

Este reto se llama Transcandamia y ya hablé de la carrera y sus datos técnicos el año pasado (podéis encontrar toda la información aquí). Es por ello que no me voy a extender en este punto ya que el recorrido fue prácticamente el mismo. Solo corroborar el buen hacer de la organización visto el año pasado, facilitando enormemente la logística, no solo en la carrera sino durante todo el fin de semana.

Lo novedoso de este año fue el clima. Una verdadera trampa para los corredores en forma de lluvia dejó el recorrido en unas condiciones muy duras. El barro lo cubría todo y la lluvia fue nuestra compañera de viaje en este ya de por si duro reto.

La organización reaccionó bastante bien ante las inclemencias del tiempo y con un ejercito de voluntarios sin los que esta carrera no tendría sentido tuvimos todo el control, apoyo y ayuda necesarios desde el primer hasta el último corredor para llegar a buen puerto.

El ánimo de un valiente público al que no le amedrentó ni la lluvia ni el barro le deja a uno sin palabras.

Y fue muy necesario. Porque hay dos tipos de corredores en estas carreras; los que tienen amplia experiencia y salen a ganar y los que afrontan estas carreras como un reto mas de la vida contra si mismos y nadie mas ni nada mas.

Y estos últimos (donde yo me incluyo claro) nos encontramos ante un verdadero reto en forma de 20 km de lluvia, barro y fuertes subidas y bajadas que no eran fáciles de atravesar corriendo.

Y es aquí cuando todos sacamos esa fuerza que no siempre has estado convencido de tener, ese coraje y afán de superación tan necesario en la vida y que te lleva a conocerte a ti mismo y a conocer a personas que de otra manera nunca habrías conocido.

Llegas a darte cuenta de lo importante que son cosas sencillas y lo despreciable que son otras tantas que a veces nos empeñamos en darles demasiada importancia.

Yo he vivido todo eso en las dos ediciones de esta carrera y solo quería compartir estos pensamientos tras pasarme 4 horas exactas tirándome por bajas embarradas «culo a tierra», apoyado por personas que no me conocían de nada, empujado y ayudado a subir cuestas por corredores que sabían que lo importante no es el cronómetro por mala fortuna correr la mitad de la carrera con problemas estomacales.

Y había dos formas de afrontar todo esto; con mala cara o con una sonrisa.

Por suerte para mí me rodeaban personas que se preocupan de que todo esto lo hagamos con una sonrisa en la cara, ya que sino no tendría sentido.

Os dejo mi particular galería de fotos de la experiencia con ese enorme grupo que me  acompañó en el viaje. Si queréis ver mas fotos y videos hechos por aficionados, corredores y periodistas de la carrera visitad el  perfil de Facebook del evento.

 

¡Hasta el año que viene Anibalada!

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