Os conté en el anterior post como me había preparado para el que sería mi tercer maratón, en Praga.
Fue un fin de semana inolvidable con todo el equipo Tigers Running Club y mi compañera de aventuras que correría el medio maratón.
Todo el fin de semana fue maravilloso, conociendo una ciudad con muchos lugares con historia y muy bien conservados.
Pero sobretodo aprendimos que los habitantes de Praga, llevan toda la vida luchando, llevándose golpes en forma de guerras e invasiones y levantándose y continuando su vida en todas y cada una de esas situaciones.
Y eso es lo que ha sido mi camino hasta el maratón de Praga.
A 3 semanas del maratón me lesioné y tuve que parar de entrenar hasta una semana antes del mismo.
Esa última semana apenas se hacen kilómetros por lo que no pude tener la seguridad de que podía aguantar los 42 km. No tuve dolor ninguno la última semana pero no era una garantía. Parecía recuerado pero…
La carrera tuvo dos mitades, dos medios maratones.
Los primeros 21 km fueron maravillosos. Ritmo perfecto y acompañado con todos mis compañeros. Y justo cuando se unió a mi Emma para completar los segundos 21 km juntos, la pierna vuelve a doler como hace 3 semanas… y el mundo se vino abajo.
No podía correr sin dolor y tuve que aminorar el ritmo hasta que sobre el km 30 decidí que no valía la pena seguir corriendo. Lo importante había seguido vivir el camino hasta la salida y no acabar era un problema menor comparado con una lesión de mayor envergadura.
La pena mas grande para mí era que Emma estaba sacrificando su carrera por mí, por estar a mi lado y no dejarme solo. Le dije que me iba a retirar y que siguiera ella a su ritmo.
Pero entonces ella me cogió de la mano y me dijo que si podía andar sin dolor, llegábamos a meta juntos.
Así que así sucedió, recorrimos los últimos 12 km juntos, de la mano y andando.
La llegada a meta os aseguro que fue una mezcla de sentimientos donde a pesar de todo lo ocurrido fui feliz.
Feliz de recorrer un camino con la mujer de mi vida. Feliz de saber parar a tiempo. Feliz de disfrutar de la carrera en ambas situaciones. Y feliz de recuperarme a las dos semanas de manera perfecta y llevar desde entonces corriendo sin problemas.
Feliz.